martes, 22 de mayo de 2012

Concurso de Cuentos


Una  vez fallado el premio el viernes 18 de Mayo, tenemos el orgullo de festejar el triunfo con la alumna: MARGARITA SÁENZ-PECO MARTÍNEZ que ha obtenido el primer premio del Concurso de Cuentos del Museo que organiza la Biblioteca Insular de Gran Canaria.


Colgaremos sus datos en nuestro blog , así como el cuento ganador y seguiremos animando a nuestro alumnado a participar en proyectos de este tipo.
Os dejamos el cuento para que lo podáis leer, poned, que os ha parecido:

LA HISTORIA DE LUCA
Como cada día, Luca se despertó, desayunó y fue a clase. Como siempre, todas las clases le parecían aburridas e inservibles, hasta que llegó la última. En el aula 45 esperaban la profesora de historia, con un montón de folios sobre la mesa y un libro titulado “Historia de América”. Era el último día de clase y la “profe” estaba dispuesta a aprovecharlo al máximo.

Estuvo leyendo unos fragmentos de aquel libro, en los que se recogían y explicaban las notas de Colón sobre aquel continente que había descubierto. Y menos mal que Luca prestó atención, porque antes de que el timbre sonase les mandó como deberes para el verano escribir un ensayo sobre el “viaje de Colón a las Américas”.

A diferencia de otros días, Luca se quedó a terminar de tomar apuntes y luego se despidió de la profesora deseándole un “feliz verano”.

Salió del instituto y vio el coche de su madre aparcado en zona prohibida, con los intermitentes puestos, de modo que corrió hacia él.

Su madre le preguntó: “¿Qué tal las clases?” y su hermana mayor “¿Por qué has tardado tanto?”, pero él solo dijo, entusiasmado:

-Me han mandado un trabajo sobre Colón.

Su madre arrancó y le miró extrañada por el retrovisor, aunque no dijo nada. Luego anunció que pasarían el verano en Gran Canaria. Debía de ser muy caro ir desde Italia hasta allí, por lo que Luca se sorprendió bastante. Desde la muerte de su padre, antes de que él naciese, más bien faltaba el dinero. Él nunca había salido de Italia, pero su madre hablaba muy bien de las Canarias. Allí, decía, había conocido a su padre. Decía mucho que Luca se parecía a él. En su impulsividad, su forma de expresión… A Luca le costaba creerlo, pues nunca le había visto y no lo había tenido como ejemplo.
Un par de semanas más tarde empaquetaron sus cosas y tomaron un avión hacia su destino. Se instalaron en unos apartamentos en el sur. Luca estaba un poco disgustado, pues de vez en cuando veía alguna cucaracha en su habitación, y no podía dormir pensando en su compañera. Pero no tuvo que preocuparse demasiado, pues el tercer y el cuarto día lo pasaron en un albergue cerca del centro, y el quinto fueron a visitar pueblecitos del norte. El antepenúltimo día fueron a ver la capital, las Palmas. Allí visitaron varios museos, como el Elder, el museo Néstor, El museo Canario… y finalmente, llegaron al museo de Colón. Su madre les mostró el museo como si lo conociera al dedillo. Vieron el modelo del camarote de Colón, el mapa de sus rutas y otros variados elementos, pero lo que más llamó la atención de Luca fueron sus notas y las del sacerdote que le acompañaba. Estas hablaban de los “indios” con desprecio, describían sus rasgos físicos y de carácter… todos ellos le recordaron a algo… pensando, descubrió a quién le recordaban dichos rasgos; su madre. La verdad, aunque ahora que lo pensaba le parecía extraño, nunca se había preguntado la procedencia de su madre, ni tan siquiera de su padre. De repente las dudas inundaron su cabeza: ¿Quién era él en realidad? ¿Por qué le entusiasmaba tanto Colón? ¿Estaría relacionado con la procedencia de su madre? ¿Tal vez de su padre? Y su padre, ¿Quién era? ¿Cómo murió? La cabeza le ardía de deseo de conocimiento y de rabia por lo que las respuestas no hubiesen llegado a él antes. ¿Por qué no lo había pensado? Entonces siguió leyendo los escritos y en ellos encontró una caligrafía forzada al principio, y que después se iba modificando y cogiendo soltura. Debajo, ponía “letra de indígena convertido al catolicismo. Primer al tercer mes”. La reconocía. Era de su caligrafía. Todas aquellas ideas se fueron uniendo en su cabeza como podían, y Luca estaba cada más confundido.
¿Cómo podía ser aquella letra, si él era un crío de catorce años, y hacía casi doscientos años que aquello había sido escrito? Pensó y pensó, pero en vez de hallar la respuesta, se desmayó intentándolo.

Aquella noche de 1492, un joven grumete despertó en las bodegas de “La Pinta”. Un marinero se acercó a él y le preguntó:

-¿Qué te ocurre, chico? Estás temblando.

Era cierto. Temblaba. Tal vez de frío, tal vez de terror. Acababa de tener un sueño muy extraño. Un chavalín, más o menos de su edad, había entrado en un lugar extraño, parecía al camarote de su capitán, solo que con papeles por todas partes y barcos del tamaño del timón; y había espiado sus escritos, que se encontraban en una caja extraña transparente, como de cristal. Vivía en una época totalmente distinta, con unos ropajes extraños. Por un instante, la cara del muchacho llegó a su mente de nuevo: ¡ERA ÉL! ¿Qué significaría todo aquello?

miércoles, 2 de mayo de 2012

Los Juegos del Hambre


Bueno con el permiso de Calabuig voy a hacer una nueva entrada al Blog.

Los Juegos del Hambre, es una nueva película que está arrasando en las taquillas que está basada en una famosa novela escrita por Suzanne Collins.

Al igual que con Harry Potter o Crepúsculo parece que la adaptación al cine de novelas juveniles siempre tiene exito.

Y tú, ¿Qué opinas? ¿Prefieres leer el libro o ver la película?